viernes, 4 de diciembre de 2015

¿DEBILITA EL HALAGO?





Entrada escrita por Daniel Sancho Tos, padre y entrenador deportivo. Fundador de NECESPORT.    Publicada  originalmente en Antonio Esquivias

Existe el dicho común de que el halago debilita. Pues bien, pienso exactamente lo contrario. El halago no debilita, ni al que lo recibe ni al que lo da.

El halago debemos entenderlo como un refuerzo positivo de acciones positivas, que a los niños con NEE les resultan complicadas de realizar y de mantener en el tiempo. No podemos pretender que alguien a quien le resulta difícil mantener un determinado comportamiento, lo haga solo PORQUE ES SU OBLIGACION. 
Debemos mostrarle nuestra satisfacción, cada vez que su comportamiento es el correcto, cada vez que vence su impulso de hacer precisamente lo contrario a lo que debería, incluso aunque simplemente haya puesto todo su esfuerzo en conseguirlo y no lo haya conseguido. Si reforzamos sus comportamientos positivos, repetirá esos comportamientos positivos y no PORQUE SEA SU OBLIGACION, si no porque es SU SATISFACCIÓN.

El otro día no podía de dejar de pensar en la siguiente situación. Es la final del Mundial de fútbol y Andrés Iniesta, marca el gol que hace campeón a España. Pero ningún compañero va a felicitarlo, ni en las siguientes semanas se habla del autor del gol. Simplemente era su obligación así que, ¿Por qué felicitarlo?
Esta situación que por supuesto a nadie le parecería normal, es la que desde nuestro papel de Educadores (padres, profesores, entrenadores...) estamos trasladando a los chicos con necesidades especiales que pasan por nuestras manos.

Tu hijo, llega a casa corriendo, gritando, cerrando de un portazo por la inercia de su ansiedad. Te aborda en el salón, donde estás navegando por internet curioseando en las redes sociales. Te sobresalta desde que ha entrado y mientras intentas entender la marabunta de palabras y expresiones sin sentido que salen de su boca, lo haces callar y le haces una severa reflexión sobe su manera de entrar en los sitios. No es la primera vez. De hecho siempre entra igual, nunca pide permiso, nunca observa primero si la persona a la que se quiere dirigir está ocupada o hablando con otra persona.
Después de esta reflexión, le haces volver a salir de casa y le pides que haga las cosas, como las personas normales y después que se vaya a su habitación a pensar sobre lo que ha pasado.
Y así una semana y otra y otra......
De repente un día aparece en el comedor y llamando a la puerta, la cual por cierto está abierta, te pide permiso para acercarse y darte un beso. Te extraña que no te has enterado de que había llegado a casa. No ha habido portazo, ni gritos, ni carreras. Después de que se lo concedas, se acerca despacio, te da un beso y se retira sin más. Tú, agradecido por esa actitud y esa tranquilidad, sigues absorto en tus quehaceres y así pasa la tarde.
Al día siguiente, nuevo portazo, nuevas carreras, interrupciones, etc. Le vuelves a interrumpir y a hacer una reflexión sobre su comportamiento. Vuelves a acompañarle fuera de casa para que entre "como las personas normales" y bueno ya sabemos lo que sigue.
Solo introduces un pequeño cambio en esta conversación. Extrañado le preguntas: si ayer fuiste capaz de hacer las cosas bien… ¿por qué hoy vuelves a lo de siempre?. Seguramente el silencio será su respuesta, pero lo más probable es que en su interior la respuesta sea muy clara. ¡¡Para una vez que hago las cosas "como las personas normales" solo recibo silencio e indiferencia!!!. Prefiero que me corrijas y me acompañes hasta la puerta de casa, prefiero aguantar 25 minutos de reproches, de desprecios,... de atención al fin y al cabo. A lo mejor, solo a lo mejor, si me hubieses reforzado esa actitud positiva que tuve el otro día, prestándome 3 minutos de tu atención, encontraría la motivación de seguir repitiéndola una y otra vez, no necesito que me des un premio material, tu reconocimiento y satisfacción son el mejor regalo y la mejor motivación para reforzarme en los comportamientos positivos. Para mí es como si hubiese marcado el gol del Mundial. He logrado algo que no podía hacer, pero resulta que lo único que he conseguido es la indiferencia de la persona a la que más quiero y admiro.
Claro que hay cosas que debemos hacer, nos guste o no, pero si somos capaces de felicitar a un niño porque ha sacado muy buenas notas OTRA VEZ, ¿Por qué cuando uno que se ha esforzado en cambiar sus actitudes e incluso a veces lo ha conseguido, solo somos capaces de decirle "es tu obligación"?
Aunque aún queda mucho camino que recorrer, da gusto saber que cada vez más profesionales de la educación y la formación, entienden que la única manera de ayudar a un niño en su lucha diaria contra sí mismo, es halagar (y si no os gusta la palabra la cambio por reforzar) esas actitudes positivas que aunque al principio van llegando con cuentagotas, cuando nos queramos dar cuenta, se habrán convertido en el motor y el centro de su personalidad.


Etiquetas: halago, refuerzo, autoestima, Educación Emocional, gestión emocional

domingo, 18 de octubre de 2015

VISUALIZAMOS LAS BASES

Sintetizar las bases de nuestro Proyecto, es sencillo (como este balón) y a la vez profundo, como van a ser las aportaciones que vamos a ir introduciendo progresivamente en nuestro blog.



lunes, 12 de octubre de 2015

PRESENTACIÓN NECESPORT

NACIMIENTO DE NECESPORT: RESPUESTA A LAS NECESIDADES DESDE LA EXPERIENCIA TDAH



LOS NIÑOS NO SON MALOS POR NATURALEZA

Las habituales frases "es que es muy vago", "solo le gusta jugar", "no aprende porque no quiere", "da igual con que lo castigues", "todo le da igual", "cuando le hablas, está pensando en otras cosas"... y otras muchas que seguro habéis oído y dicho, no hacen más que confirmar, que algo no funciona correctamente en la manera de tratar con el niño, que no estamos siendo capaces de comprender las dificultades que el niño con TDAH atraviesa.
Además se corre un peligro evidente: Esas frases tan repetidas, no hacen más que reafirmar al niño, a los padres y a todas las personas que lo rodean en la idea de que son ciertas todas y cada una de ellas. Las palabras acaban configurando la realidad de esos niños y de sus padres.
Mi experiencia personal como  TDAH y como padre orgulloso de dos hijos TDAH, no ha hecho más que confirmar que es necesario un cambio fundamental basado en la idea de que LOS NIÑOS SON BUENOS POR NATURALEZA, de que es necesario un cambio de paradigma en el modo en que yo he encontrado que se trataba a los niños con hiperactividad.
Así que me puse manos a la obra y busqué la forma de revertir dicha situación.  Me limité simplemente a pensar y reflexionar sobre las situaciones en las que me he visto inmerso durante mi vida (desde donde puedo recordar) y traté de buscar los motivos (nunca los culpables), que habían conducido a esas situaciones.
Posteriormente lo extrapolé a las situaciones de mis hijos, siempre teniendo en cuenta las posibles variables, (época, rasgos personales, etc..). Curiosamente, en breve espacio de tiempo, empecé a comprender mucho mejor a mis hijos y no solo eso, sino que además empecé a encontrar muchas formas de ayudarles a manejarse con sus rasgos. ¡¡¡¡Y no es para nada fácil!!!!!. Porque no olvidemos que la gama de rasgos que puede tener un TDAH es tan amplia como variable  y que en ocasiones se puede confundir con otros trastornos de conducta.
Desde ahí los fui incorporando poco a poco a mi trabajo como entrenador y he visto que utilizando esa motivación y el deporte como vehículo,  era posible encontrar modos sencillos de acceder a esa necesidad central de cada persona de expresarse, que en los niños con TDAH tiene que aparecer a través de varios filtros que los adultos utilizamos de forma habitual y que nos parecen ligados a la comunicación. Accediendo a través del deporte, el niño encuentra junto a su posibilidad de expresión, el acceso de a la autoestima y una mejor compresión de sí mismo. Todo esto produce un cambio sustancial con una mejora evidente de la motivación.
Además en poco tiempo me di cuenta, que la metodología del deporte puede ser también una gran ayuda complementaria en otros casos de niños con necesidades especiales. Así nació 

NECESPORT.